13.4.16

ENTREVISTA: YOLANDA DOMÍNGUEZ


Imagen: Yolanda Domínguez. Globos, 2014.

Sin duda, Yolanda Domínguez (Madrid, 1977) es una artista/activista comprometida con el arte social y de protesta. Desde hace ya algunos años, sus proyectos –mayoritariamente acciones– son virales internacionalmente. La entrevistamos para conocer su opinión acerca del estado actual del arte en términos de género en nuestro país.

CD ­– Como artista, aparentemente das prioridad al activismo político-social, dejando en un segundo plano, el sentido estético. Dicho de otro modo, en tu obra parece prevalecer el fondo sobre la forma. ¿Hasta qué punto es el arte prescindible en tu labor? ¿Qué ofrece el arte a tu mensaje que no sea capaz de ofrecerle otro campo como el periodismo, la publicidad, la actividad política o la educación social?

YD ­– No creo que deje en segundo plano el sentido estético, la estética es la forma a través de la que me comunico y yo utilizo la imagen como vía de expresión. Otra cosa es que estéticamente sea bella o no. Lo que yo busco es una estética eficiente con el mensaje que quiero expresar. Mis acciones tienen una estética estudiada que se presenta por medio de una escena en una situación de la vida real y otra en forma de vídeo cuando las ves online. El arte y la publicidad pueden coincidir en formatos y eso no significa que sean sustituibles o que cumplan la misma función, lo que les diferencia es el objetivo, la publicidad busca vender un producto y su pieza está destinada a manipularte y el arte busca transmitir algo (idea, crítica, deseo, temor…) sin intentar vender un producto a través de ello. No es el formato el que define si algo es arte o no lo es, sino la intención del creador a la hora activarlo. Todas mis propuestas tienen una intención artística porque buscan transmitir una crítica o retratar algo característico de nuestro tiempo y para ello recurro al formato que considero más conveniente. El arte (que hoy no es necesariamente algo estéticamente bello) no es prescindible en mi trabajo sino que es lo más importante: es el posicionamiento desde el que emito mi mensaje.

CD ­­– Declaras que: “no necesitamos más objetos, necesitamos experiencias que conecten a las personas, artistas que generen sinergias y campos de acción, no para hacer soñar al espectador sino para despertarle del sueño”. ¿Todo arte debe ser político?

YD – No, claro que no. El arte puede servir para expresar todo aquello que quiera el artista, esto puede ser una crítica social o no. Por otro lado también se puede ser activista desde otros sectores diferentes al arte: desde la educación, como consumidor, como ciudadano… A mí los proyectos que más me emocionan son los que plantean algún compromiso con la realidad social, pero eso no significa que todos los artistas tengan el mismo gusto. Yo también puedo disfrutar de una melodía que me recuerde la melancolía del otoño y no es un arte necesariamente político. Cuando digo que no necesitamos más objetos me refiero a que los objetos suelen ser contemplativos y transmiten mensaje en un solo sentido: creador-recepto. Yo intento generar propuestas que inviten al espectador a hacer algo y su respuesta puede ser inesperada y creativa. La acción es una forma más potente de activar a las personas y transformarlas.

CD – Uno de tus últimos trabajos, “Niños vs. Moda” (2015), tuvo recientemente una gran repercusión mediática internacional. En esta propuesta, tratas el tema de la publicidad como medio adoctrinante del machismo, a través de la mirada incorrupta de niños y niñas. Teniendo en cuenta que el futuro está en las nuevas generaciones, ¿qué medidas consideras más urgentes en el ámbito de la educación para la igualdad?

YD – Intento crear consciencia del poder de la imagen como elemento clave en el cambio social, enseñar a ver imágenes y filtrarlas y entender los mecanismos a través de los que opera la publicidad y los mass media es fundamental para que sean mucho menos dañinos. Pero también es necesario tener presente esa dimensión social a la hora de producirlas. Es urgente que los que generan imágenes se comprometan más en ese aspecto y se hagan responsables de lo que generan sus imágenes. Una de las claves de mi trabajo es que utilizo las mismas formas y los mismos canales que usan los mass media para llegar precisamente a las personas que consumen este tipo de contenidos, creo que son mucho más eficientes que si cuelgo una pieza exclusiva en la pared de una galería a la que acceden muy pocas personas y con un perfil muy determinado. Si quieres llegar a públicos diferentes hay que utilizar lenguajes diferentes.

CD – Y con respecto a la población adulta, ¿hay esperanza? ¿Se puede modificar la mentalidad de personas que se cierran en banda participando de la perpetuación de los estereotipos de género y el machismo todavía imperante?

YD ­– Claro que se puede, yo empecé a interesarme por este tema cuando ya era adulta y aún sigo aprendiendo y descubriendo cosas. Quizás, como decía antes, sea una cuestión de adaptar las formas para llegar a los que no estamos llegando. Algo que funciona muy bien es el humor. La risa es liberadora y sitúa a las personas en el mismo bando (si los dos nos reímos de algo estamos unidos). Hay otras formas con las que la gente no conecta, es cuestión de ser flexible e ir probando.

CD ­–Las redes sociales posibilitan la participación activa ciudadana en la generación de opinión y su difusión. Es ya una obviedad que los debates se han democratizado, trasladándose a Internet. Para quienes estáis en la lucha antisexista, ¿merece la pena el esfuerzo de rebatir los argumentos de quienes critican el feminismo? ¿Qué le dirías a las personas que puedan opinar que tu trabajo es oportunista, desproporcionado y que ves fantasmas donde no los hay?

YD – Las redes sociales son una herramienta fantástica para difundir rápidamente tu discurso, también muy democrática porque es la gente la que decide si darle visibilidad y relevancia al compartirlo. Para rebatir argumentos no sé si son la mejor opción. Si se trata de algo concreto puede funcionar pero si requiere una explicación larga es imposible hacerlo en un comentario de Facebook. Por otro lado el tono se puede malinterpretar y a veces el debate desemboca en ataques personales que no llevan a ninguna parte y son una pérdida de energía.

CD – En los años ochenta nació en Nueva York el grupo Guerrilla Girls. Denunciaban (y todavía lo hacen) la escasa presencia de mujeres artistas en las instituciones de arte moderno en una época en la que las mujeres estaban desempeñando un papel fundamental en el arte experimental. Para ello, se armaron de datos estadísticos y mucho humor. ¿Qué papel tiene el humor en el arte feminista?

YD – Yo creo que es muy característico del momento actual, es una forma de que no nos cierren puertas, parece que con el humor no estás atacando aunque si lo hagas. Por otro lado es una forma de vencer el conflicto, cuando te puedes reír de algo te liberas de ello. Y si algo te hace reír tienes ganas de más.

CD – Es una evidencia que el relato oficial de la historia del arte ha promovido la invisibilidad de las mujeres artistas. Desde hace un tiempo, como solución a esta problemática, es frecuente ver libros en los que se presentan listas exclusivamente de mujeres artistas. Pero ¿estas publicaciones no marginan y encasillan en cierto modo a las mujeres artistas, separándolas de los movimientos e influencias de su época, de los cuales, por cierto, han formado parte?

YD – Creo que es una forma tan válida como otras de intentar que la situación cambie. Puede que a algunos les genere rechazo pero gracias a eso esas mujeres son visibles y quizás de otra forma no lo serían. Quien piense que no es una estrategia efectiva por favor que proponga otra que estaremos encantadas de probarla.

CD – Ninguna mujer española ha ganado el premio Velázquez de Artes Plásticas, siendo la colombiana Doris Salcedo la única mujer en ganarlo. Ninguna artista ha ganado el Príncipe de Asturias de las Artes. De 18 ediciones del Premio Nacional de Artes Plásticas, solamente hay cuatro premiadas. Además, según la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales (MAV), en la colecciones permanentes de los museos de arte contemporáneo solo un 13% de las obras son de artistas españolas. ¿Se están llevando a cabo los esfuerzos necesarios desde las instituciones para romper el llamado techo de cristal? ¿Qué opinas de la discriminación positiva en el arte?

YD – También la considero una estrategia necesaria en cualquier ámbito hasta que los equipos de personas estén equilibrados. Estoy a favor de cualquier iniciativa que conciencie de la desigualdad (que es lo que hace en primera instancia la discriminación positiva, señalar el conflicto) y por supuesto que active el cambio. Creo que MAV está haciendo una labor encomiable por el beneficio de todas las mujeres artistas.

CD – Siguiendo con las estadísticas de la MAV, más del 60% del alumnado de Bellas Artes en España es femenino; sin embargo, de las 973 exposiciones individuales inauguradas en la última década en 22 centros de arte en España, solo un 20,5% son de mujeres (10% si hablamos de mujeres españolas). ¿Qué dices de todo esto?

YD – Es alarmante que las facultades estén llenas de mujeres y tan pocas ocupen puestos relevantes y es algo que nos compete a todas y todos. Creo que esta diferencia viene motivada por muchas causas, no sólo una, y es necesario incidir en todas ellas: la educación, la diferencia salarial, la falta de referentes, la conciliación familiar… 

CD – ¿Piensas que tu carrera artística habría sido o sería diferente si hubieras nacido hombre?

YD – Estoy convencida, mi trabajo surge de mi necesidad de entender quién soy y cómo me relaciono con mi contexto social. Si fuera hombre probablemente mis inquietudes serían distintas. También creo que influye en mi manera de enfrentarme a mi trabajo y en cómo los demás lo perciben.

CD – Como artista, ¿dónde radica el éxito?

YD – Para mí en estar orgullosa de mi trabajo y poder compartirlo con el mayor número de personas posible.

CD – Para terminar, una complicada: ¿podrías contestarme de forma breve qué es el arte?

YD – Un medio de comunicación vital para el ser humano. Nada complicada :P


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